ATENCIÓN INTEGRAL EN LA INTERVENCIÓN
Tarea nº 13: ATENCIÓN INTEGRAL EN LA INTERVENCIÓN
Nombre del Módulo: Apoyo en la organización de intervenciones en el
ámbito institucional.
Nombre de la Unidad Formativa: Apoyo en la recepción y acogida en
instituciones de
personas dependientes.
Nombre de la Unidad de Aprendizaje: Protocolos de actuación en la
recepción y acogida de residentes.
Fecha: 17 de abril 2020
Docente responsable: María Ángeles Rodríguez González
Descripción de la Tarea:
En la entrada de hoy hablaremos del modelo de atención integral centrada en la persona con dependencia.
LA ATENCIÓN INTEGRAL EN LA INTERVENCIÓN
La atención integral centrada en la persona es la que se dirige a la consecución de mejoras en todos los ámbitos de la calidad de vida y el bienestar de la persona, partiendo del respeto pleno a su dignidad y derechos, de sus intereses y preferencias y contando con su participación efectiva.
La atención integral centrada en la persona con dependencia la componen un conjunto de acciones de carácter preventivo, curativo y de rehabilitación dirigido a proteger, promover, restaurar y mantener su salud y sus redes sociales de relaciones, prestadas por un equipo interdisciplinar compuesto por médicos, trabajadores sociales, animadores socioculturales, enfermeros, auxiliares, fisioterapeutas, y psicólogos, entre otros; y contempladas como servicios y prestaciones en el Plan General de Intervención del Centro.
Este modelo de atención integral es válido para las personas que requieren apoyos para desarrollar su autonomía personal y para mejorar su independencia, cualquiera que sea su edad.
Para ello es necesario que los servicios se organicen y las intervenciones se planifiquen de manera que se avance en una atención integral y personalizada, que, para serlo, debe ser diversa, flexible, accesible, coordinada y continuada.
Este modelo de atención se fundamenta en un conjunto de principios y de criterios de intervención:
Los principios hacen referencia a las personas a las que se dirigen los programas y al respeto de su dignidad y de sus derechos, cualquiera que sea su situación de discapacidad o dependencia a cualquier edad.
Los criterios han de estar impregnados de valores éticos en todo el proceso de intervención, constituyen la metodología que hace posible el cumplimiento de los principios.
A continuación vamos a enumerar los principios y los criterios sobre los que se sustenta este modelo de intervención:
1. Principio de autonomía. Hace referencia a que las personas con discapacidad tienen derecho a mantener el control sobre su propia vida y, por tanto, siempre podrán actuar con libertad. Es necesario que muestren sus preferencias y puedan elegir entre opciones diversas relacionadas con los procesos que les afecten (tipo y horarios de comidas, gustos en el arreglo personal para mantener su imagen, relaciones familiares y sociales…).
Criterio de Diversidad: se deberá ofrecer una oferta diversificada de respuestas ante las necesidades, capaz de componer un abanico amplio de posibilidades que dé posibilidades de elección para el ejercicio de la autonomía, ya que, ésta siempre debe ser estimulada y ejercida, ya sea directa y personalmente o de manera indirecta a través de familiares, allegados, profesionales de referencia, etc.
2. Principio de participación. Las personas que se encuentran en situación de dependencia tienen derecho a participar en su comunidad.
Criterios de accesibilidad e interdisciplinariedad: Para promover la participación de las personas en riesgo o en situación de dependencia (y de las familias cuidadoras), en las planificaciones han de contenerse objetivos y medidas dirigidas al desarrollo de habilidades para la participación, así como desarrollar sistemas y cauces que la garanticen, incluyendo elementos facilitadores que mejoren el funcionamiento y reduzcan la dependencia (productos de apoyo y otros desarrollos tecnológicos, domótica, soportes informáticos accesibles, teleasistencia y sus derivados…), así como promover actitudes sociales que sean proactivas e integradoras.
La interdisciplinariedad ha de impregnar todo el proceso de intervención: La planificación, la aplicación, la intervención y la evaluación. El conjunto de profesionales de las diferentes disciplinas que operan en estos procesos ha de estar en relación permanente con las personas con dependencia en cada uno de los momentos y aplicar la interdisciplinariedad mediante técnicas de trabajo en equipo.
3. Principio de Integralidad. La persona es un ser multidimensional en el que interactúan aspectos biológicos, psicológicos y sociales.
7. Principio de continuidad de atención. Las personas que se encuentran en situación de dependencia deben tener acceso a los apoyos que precisan de manera continuada y adaptada permanentemente a las circunstancias cambiantes de su proceso.
Criterios de coordinación y convergencia. Los recursos formales que se apliquen se harán con el enfoque de convergencia y complementariedad con el apoyo informal (familia y allegados) con el que cuente la persona, que ha de ser apoyado con las intervenciones que se realicen, mediante programas de formación e información y servicios de soporte y respiro dirigidos a la persona identificada como cuidadora principal.
Este gráfico resume el modelo integral de atención a la dependencia.
Una vez explicado el modelo de atención integral centrado en la persona, determinaremos en qué consiste la valoración integral, como se efectúa y que aspectos se estudian durante el proceso:
LA ATENCIÓN INTEGRAL EN LA INTERVENCIÓN
La atención integral centrada en la persona es la que se dirige a la consecución de mejoras en todos los ámbitos de la calidad de vida y el bienestar de la persona, partiendo del respeto pleno a su dignidad y derechos, de sus intereses y preferencias y contando con su participación efectiva.
La atención integral centrada en la persona con dependencia la componen un conjunto de acciones de carácter preventivo, curativo y de rehabilitación dirigido a proteger, promover, restaurar y mantener su salud y sus redes sociales de relaciones, prestadas por un equipo interdisciplinar compuesto por médicos, trabajadores sociales, animadores socioculturales, enfermeros, auxiliares, fisioterapeutas, y psicólogos, entre otros; y contempladas como servicios y prestaciones en el Plan General de Intervención del Centro.
Este modelo de atención integral es válido para las personas que requieren apoyos para desarrollar su autonomía personal y para mejorar su independencia, cualquiera que sea su edad.
Para ello es necesario que los servicios se organicen y las intervenciones se planifiquen de manera que se avance en una atención integral y personalizada, que, para serlo, debe ser diversa, flexible, accesible, coordinada y continuada.
Este modelo de atención se fundamenta en un conjunto de principios y de criterios de intervención:
Los principios hacen referencia a las personas a las que se dirigen los programas y al respeto de su dignidad y de sus derechos, cualquiera que sea su situación de discapacidad o dependencia a cualquier edad.
Los criterios han de estar impregnados de valores éticos en todo el proceso de intervención, constituyen la metodología que hace posible el cumplimiento de los principios.
A continuación vamos a enumerar los principios y los criterios sobre los que se sustenta este modelo de intervención:
1. Principio de autonomía. Hace referencia a que las personas con discapacidad tienen derecho a mantener el control sobre su propia vida y, por tanto, siempre podrán actuar con libertad. Es necesario que muestren sus preferencias y puedan elegir entre opciones diversas relacionadas con los procesos que les afecten (tipo y horarios de comidas, gustos en el arreglo personal para mantener su imagen, relaciones familiares y sociales…).
Criterio de Diversidad: se deberá ofrecer una oferta diversificada de respuestas ante las necesidades, capaz de componer un abanico amplio de posibilidades que dé posibilidades de elección para el ejercicio de la autonomía, ya que, ésta siempre debe ser estimulada y ejercida, ya sea directa y personalmente o de manera indirecta a través de familiares, allegados, profesionales de referencia, etc.
2. Principio de participación. Las personas que se encuentran en situación de dependencia tienen derecho a participar en su comunidad.
Criterios de accesibilidad e interdisciplinariedad: Para promover la participación de las personas en riesgo o en situación de dependencia (y de las familias cuidadoras), en las planificaciones han de contenerse objetivos y medidas dirigidas al desarrollo de habilidades para la participación, así como desarrollar sistemas y cauces que la garanticen, incluyendo elementos facilitadores que mejoren el funcionamiento y reduzcan la dependencia (productos de apoyo y otros desarrollos tecnológicos, domótica, soportes informáticos accesibles, teleasistencia y sus derivados…), así como promover actitudes sociales que sean proactivas e integradoras.
La interdisciplinariedad ha de impregnar todo el proceso de intervención: La planificación, la aplicación, la intervención y la evaluación. El conjunto de profesionales de las diferentes disciplinas que operan en estos procesos ha de estar en relación permanente con las personas con dependencia en cada uno de los momentos y aplicar la interdisciplinariedad mediante técnicas de trabajo en equipo.
3. Principio de Integralidad. La persona es un ser multidimensional en el que interactúan aspectos biológicos, psicológicos y sociales.
Criterio de Globalidad: Las intervenciones que se planifiquen han de contener actuaciones dirigidas a satisfacer el conjunto de necesidades de cada persona: las básicas (salud psicofísica y funcionalidad), las emocionales (afectividad y relaciones personales) y las sociales.
4. Principio de Individualidad. Todas las personas son iguales en cuanto al ejercicio de sus derechos, pero cada una de ellas es única y diferente del resto.
Criterios de atención personalizada y flexibilidad: Los programas y servicios que se planifiquen deben diseñarse de manera que tengan capacidad de adaptación a las necesidades específicas de cada persona y evitar así que sean las personas las que deban adaptarse a los programas. En el proceso de valoración deben explorarse cuestiones relacionadas tanto con la biografía de la persona, como sus aficiones, gustos y preferencias, con el fin de tener todo ello en cuenta a la hora de realizar el plan personalizado de atención.
5. Principio de inclusión social. Todas las personas en situación de dependencia deben tener posibilidad de permanecer en su entorno y tener acceso y posibilidad de disfrutar de los bienes sociales y culturales, en igualdad con el resto de la población. Asimismo, tienen derecho a tener espacios de participación social.
Criterios de proximidad y enfoque comunitario: se evitará la tendencia que existe a la concentración de las actividades exclusivamente en centros de mayores o de discapacidad
o a planificar desde el SAD actividades exclusivamente en el domicilio de la persona. Deben promoverse iniciativas dirigidas a la propia sociedad con el fin de desterrar las imágenes sociales negativas sobre las capacidades de las personas mayores o con discapacidad y conseguir que las conozcan mejor y que se creen espacios para la interacción con las mismas.
6. Principio de Independencia. Todas las personas han de tener acceso a programas informativo-formativos dirigidos a la promoción de la salud, a la prevención de la dependencia y aquéllas que se encuentran en situaciones de discapacidad, fragilidad o de dependencia a servicios y programas que mejoren su funcionalidad y faciliten su bienestar.
Criterios de Prevención y Rehabilitación: deben contemplarse objetivos y actuaciones de promoción de la salud y acciones preventivas, tanto de prevención primaria, secundaria y terciaria, según la situación de las personas a los que se dirigen. Siempre es posible
7. Principio de continuidad de atención. Las personas que se encuentran en situación de dependencia deben tener acceso a los apoyos que precisan de manera continuada y adaptada permanentemente a las circunstancias cambiantes de su proceso.
Criterios de coordinación y convergencia. Los recursos formales que se apliquen se harán con el enfoque de convergencia y complementariedad con el apoyo informal (familia y allegados) con el que cuente la persona, que ha de ser apoyado con las intervenciones que se realicen, mediante programas de formación e información y servicios de soporte y respiro dirigidos a la persona identificada como cuidadora principal.
Este gráfico resume el modelo integral de atención a la dependencia.
Una vez explicado el modelo de atención integral centrado en la persona, determinaremos en qué consiste la valoración integral, como se efectúa y que aspectos se estudian durante el proceso:
¿Qué es la Valoración Integral?
Es el
proceso estructurado de valoración global de la situación de la persona usuaria
por el que se detectan, describen y aclaran los múltiples problemas físicos,
funcionales, psicológicos, sociofamiliares y ambientales que la persona usuaria
presenta en un momento determinado de su vida, desde el punto de vista
consensuado de las diferentes disciplinas interrelacionadas. Se registran los recursos y posibilidades de
la persona, se valora la necesidad de servicios y, finalmente, se elabora un
plan de cuidados individualizado, progresivo, coordinado y continuado dirigido
a satisfacer las necesidades de la persona por sus cuidadores.
¿Cómo se efectúa
esta valoración?
Mediante la recopilación de datos sobre la situación del
usuario, obtenidos a través del propio usuario así como de su familia, de otros
profesionales y de informes o documentos, con el objetivo de conocer los
hábitos y comportamientos de la persona, los factores individuales que aumentan
el riesgo de alteración de su estado, así como los recursos y capacidades de
los que dispone y que puede utilizar para planificar las actividades de
promoción, mantenimiento y recuperación de su autonomía.
¿Qué aspectos se
estudian durante el proceso de valoración?
1. Salud física.
- Enfermedades previas y servicios sanitarios utilizados
(hospitalizaciones, intervenciones quirúrgicas, etc.).
- Interrogatorio y valoración
de síndromes, síntomas y signos físicos por sistemas (respiratorio,
cardiocirculatorio, neurológico, gastrointestinal, genitourinario,
músculo-esquelético y piel).
- Dieta actual, estado de nutrición y consumo de
fármacos (tipo y número).
- Indicadores de la gravedad de la enfermedad.
- Autopercepción
de salud o incapacidad.
2. Estado
funcional.
- Autonomía en las actividades básicas e instrumentales de la vida
diaria.
- Movilidad y utilización de ayudas (andadores, bastones, etc.) Percepción y comunicación. - Visión y
audición. Utilización correcta de gafas, audífonos, etc.
- Lenguaje. Capacidad
de expresión y verbalización, etc.
4. Salud
psicológica.
- Función cognoscitiva (memoria, reconocimiento de caras,
orientación en tiempo y espacio, etc.).
- Función afectiva (depresión,
ansiedad, etc.)
- Conducta (social, patológica, etc.).
5. Situación socio-económica-ambiental.
- Con
quién convive. Su red de relaciones sociales (personas, asociaciones, clubs,
etc.).
- Accesibilidad a familiares, amigos, profesionales, voluntarios,…
-
Necesidades de cuidado social y estado de sobrecarga de la persona cuidadora.
-
Seguridad y confortabilidad de la vivienda. Accesibilidad a medios de
transporte, barreras arquitectónicas, adaptaciones y ayudas técnicas, etc.
-
Ingresos económicos. Gastos comprometidos.
6. Posibilidad de apoyo familiar.
-
Utilización de servicios sociales (ayuda a domicilio, centros sociosanitarios,
teleasistencia, etc.)
- Creencias religiosas; costumbres; aficiones,
diversiones, afiliaciones y asociacionismo
COMUNICACIÓN AL EQUIPO INTERDISCIPLINAR DE LAS
NECESIDADES DEL/LA USUARIO/A.
Es fundamental que toda la
información relevante sobre el/la residente sea transmitida de manera correcta
y sistemática al equipo interdisciplinar para que éste pueda tomar medidas y
poner en funcionamiento intervenciones para solventar las posibles necesidades
o incidencias.
Esta transmisión de información puede
hacerse verbalmente o por escrito:
- Transmisión verbal: el/la profesional
comunicará a su inmediato superior aquellas incidencias detectadas en un
momento puntual. Esta comunicación puede realizarse en las reuniones diarias
que tiene lugar en los cambios de turno o si es algo urgente, dirigiéndose
personalmente al profesional competente en la materia.
- Transmisión por escrito: en el día a día el/la profesional de atención sociosanitaria utilizará
una serie de documentos donde reflejará diferente información sobre el/la
usuario/a. Estos documentos se especificarán y trabajarán en la próxima Unidad Formativa.
A continuación, puedes visualizar este vídeo que te ayudará a comprender los contenidos trabajados en la entrada de hoy:
Una vez leídos de forma comprensiva los contenidos trabajados en la entrada de hoy y de visualizar el vídeo de apoyo a los mismos, te planteamos este ejercicio de unir con flechas relacionando los contenidos contemplados en las dos columnas. Ten en cuenta, que alguna de las alternativas de respuesta de la columna de la derecha puede no estar relacionada con ningún enunciado de la izquierda:
Instrucciones
de realización de la tarea:
La entrega de esta tarea se
podrá realizar a través de los procedimientos establecidos, siendo la fecha
límite el 21 de abril hasta las 12:00
horas.
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